Perazzo fue mi profesor de Física en el secundario. Uno de
los que perduran, junto con la Barba, la Meyer, Turrens, Esteve. Por él buena
parte de mi promoción marchó a Exactas y me dejaron solo en Filosofía y Letras.
Enseñó durante cincuenta y cinco años, llevaba veintiséis cuando lo tuve y no
parecía cansado ni aburrido. El dibujo de Paz lo retrata bien aunque el gesto,
si bien serio, no era despectivo como parece. Faltaría el pizarrón doble que
llenaba de dibujos exactos y fórmulas con su letra clara (iba a decir fórmulas
claras pero no siempre lo eran para mí, la escritura en cambio era perfecta).
Faltaría también la observación precisa, fundamental a la
hora de registrar un experimento. Perazzo le habría hecho notar a Paz que dijo “un
par de cosas” y mencionó tres.
Entre otras tantas cosas, por la búsqueda de la precisión,
yo también le agradezco.
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