Este verano el blog se dejó estar con las recomendaciones. También se atrasó con la bienvenida de rigor. Cuando ya había abandonado toda esperanza de cumplir con las primeras y veía cómo el tiempo de la segunda se iba extinguiendo, Sendra y Matías vinieron en ayuda:
La ventaja del humor es que puede condensar una idea
compleja en un par de cuadritos; ahí está Matías a quien la cercanía del
comienzo de clases le transforma la belleza del horizonte marino en un temido
renglón.
¿Por qué nos/les sucede esto? ¿Por qué alumnos que escuchan música el 90 % del tiempo se aburren con esa materia en la escuela? ¿Por qué aquéllos que escriben y leen blogs, fotologs, féisbuks se traban ante dos oraciones seguidas? ¿Por qué máquinas de recordar formaciones de equipos de fútbol, vida y obra de integrantes de un grupo musical, se desesperan ante tres fechas encadenadas? ¿Por qué si afuera bailamos, jugamos y nos movemos permanentemente como poseídos, evadimos las clases de educación física?
Es que la escuela se piensa como el lugar del no-deseo, el
espacio donde el goce ha sido desterrado. Sólo en algunos momentos la
conjunción escuela-deseo se realiza.
Allí puede estar la bienvenida-recomendación, tal vez este
año podamos aumentar esos momentos. Intentémoslo.