lunes, 19 de mayo de 2008

Todos perdimos a alguien, todos perdimos algo

Este trabajo que compartimos hoy fue realizado por los alumnos de 4to 1ra. Se trabajó a partir de la lectura del libro Buena Memoria de Marcelo Brodsky y de la visita (presencial y virtual) a la exposición Ausenc*as, fotografías de Gustavo Germano.
Este mural es un trabajo colectivo. Los textos fueron discutidos en clase y sus versiones iniciales son de Yenifer Cáceres, Laura Crespo Campos, Daiana Lorenzo y Miguel Tito. Las fotografías en la muestra pertenecen a Rodrigo Martínez Vidal y Miguel Tito, el resto de ellas fue bajado de internet de la página www.gustavogermano.com. La foto del mural colocado fue una ayuda de Fernando Marín, de 5to 1ra, o sea un 4to 1ra desfasado en el tiempo.
A continuación, uno de los textos. Los demás hay que verlos en el colegio

"Es increíble como estas personas pueden imitar la misma sonrisa, o un gesto de alegría, increíble como una foto puede decir muchas cosas solo con observarla. Escalofriante el hecho de dos fotos similares con una única diferencia importante, un ser amado que ya no está. Por más similares que sean podemos ver la tristeza escondida en cada foto, dolor para quién participa de la foto, y para quién no participa, el dolor que le transmite la misma...

La " NADA " existe porque el hombre existe (no digo que otros seres no puedan sentirla), el hombre hace que surja ese sentimiento ante muchas cosas, pero cuando se hace referencia como en este caso a una ausencia, a un vacío... esa nada se hace muy presente y se siente de una manera muy especial.
En mi opinión, es importante mantener en la memoria los que ya no están. Aunque no haya vivido esto no me es difícil sentir empatía por todos aquellos que sufrieron estas pérdidas."

El año recién empieza, pero me da la impresión que ya aprendimos bastante. Seguimos

domingo, 4 de mayo de 2008

Jorge Engel, uno de los nuestros


El 1ro de mayo es un día especial, el único feriado impuesto al Estado por los trabajadores. Un día conquistado a través de luchas, para recordar una de ellas y preparar otras.
¿Qué lucha?, aquella de las ocho horas de trabajo “ocho para trabajar, ocho para descansar y ocho para disfrutar”. Una lucha que tuvo sus dirigentes y mártires, los mártires de Chicago.
Uno de ellos fue Jorge Engel, alemán, nacido en Cassel en 1836. De profesión impresor, había llegado a América en 1873. A 122 años de su asesinato, vale la pena volver sobre sus palabras ante los asesinos:
“Es la primera vez que comparezco ante un tribunal americano, y en él se me acusa de asesino. ¿Y por qué razón estoy aquí? ¿Por qué razón se me acusa de asesino? Por la misma que tuve que abandonar Alemania, por la pobreza, por la miseria de la clase trabajadora. Aquí también, en esta libre República, en el país más rico del mundo, hay muchos obreros que no tienen lugar en el banquete de la vida y que como parias sociales arrastran una vida miserable. Aquí he visto a seres humanos buscando algo con qué alimentarse en los montones de basura de las calles.
¿En qué consiste mi crimen?
En que he trabajado por el establecimiento de un sistema social en que sea imposible el hecho de que mientras unos amontonan millones beneficiando las máquinas, otros caen en la degradación y la miseria. Así como el agua y el aire son libres para todos, así la tierra y las invenciones de los hombres científicos deben ser utilizadas en beneficio de todos. Vuestras leyes están en oposición con las de la naturaleza, y mediante ellas robáis a las masas el derecho a la vida, a la libertad y al bienestar.”





Globología

Un cura brasileño se ató mil globos y salió volando. Parecía previsor, llevaba dos celulares con gps para dar su posición y evitar desencuentros. No fue suficiente, no había aprendido a manejar el aparatito. Intentó que se lo explicaran por teléfono pero se perdió antes de conseguirlo. Esto fue el 22 de abril, a la fecha no lo encontraron.
Oscar Wilde escribió en un ensayo llamado La decadencia de la mentira que “la Vida imita al Arte mucho más de lo que el Arte imita a la Vida”. Más acá, el cubano Alejo Carpentier teorizó acerca de lo real maravilloso en un libro que nadie debería dejar de leer: El reino de este mundo.
¿A qué vienen estas referencias literarias? A que cuando vi la noticia pensé: -esto ya lo leí en algún lado-.
No era en un diario, sino en una novela y por acá, por Latinoamérica, más cerca de Carpentier que de Wilde.
Lo había contado a principios de la década del 70 Gabriel García Márquez en Cien años de soledad. Miren si no:”… Fernanda sintió que un delicado viento de luz le arrancó las sábanas de las manos y las desplegó en toda su amplitud. Amaranta sintió un temblor misterioso en los encajes de sus pollerones y trató de agarrarse de la sábana para no caer, en el instante en que Remedios, la bella, empezaba a elevarse. Úrsula, ya casi ciega, fue la única que tuvo serenidad para identificar la naturaleza de aquel viento irreparable, y dejó las sábanas a merced de la luz, viendo a Remedios, la bella, que le decía adiós con la mano, entre el deslumbrante aleteo de las sábanas que subían con ella, que abandonaban con ella el aire de los escarabajos y las dalias, y pasaban con ella a través del aire donde terminaban las cuatro de la tarde, y se perdieron con ella para siempre en los altos aires donde no podían alcanzarla ni los más altos pájaros de la memoria”

sábado, 3 de mayo de 2008

Me gusta leer

Me gusta leer, lo que venga, todo, novelas, poesía, historia, biología, instrucciones para hacer una repisita, cuentos, historietas, películas subtituladas, cartas y mails...A Sasturain parece que también, pero lo explica mejor.
Les dejo esta nota de la Nación. ¿Para qué? Para que la lean
De la televisión al libro
Ver para leer, del que ofrecemos el prólogo, es una colección de relatos de autores que estuvieron en el programa homónimo
LANACION.com | ADN Cultura | Sábado 3 de mayo de 2008
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