martes, 26 de julio de 2011

La gente lee (2da vuelta)

Lo dijo Italo Calvino y yo no hago más que citarlo: "Leer es ir al encuentro de algo que está a punto de ser y aún nadie sabe qué será...". 
Será por eso que el tema vuelve recurrente a este blog. Uno de los últimos días de clase revisamos con cuarto primera viejos posters de la Gran Guerra (el nombre de la primera cuando todavía no se sabía que habría una segunda)
Los posters llaman a alistarse para la batalla, piden plata, piden esfuerzos, sacrificios, también piden libros: "para nuestros hombres en el campo". Es la guerra de trincheras, o guerra de posición: kilómetros y kilómetros de zanjas, algunas sencillas, otras con mayor equipamiento, las había en lugares inundables, otras en la montaña, incluso en la nieve alpina. Con hombres que esperan el bombardeo o el asalto enemigo. Horas y días en los que no pasa nada hasta que pasa. 
Días que se pasan reforzando o reconstruyendo la propia trinchera. Y también...leyendo

viernes, 22 de julio de 2011

Otra botella al mar: recomendaciones de invierno

1.- Si debemos materias, la primera opción es prepararlas. El invierno puede aprovecharse, el afuera puede ser atractivo pero agosto está a la vuelta de la esquina y esa previa que tenemos hay que liquidarla. Prioridades son prioridades.
2.- Por otro lado no puedo dejar de recomendar ver, ¿qué cosa? Maravillosa, maravillosas imágenes como la que acompaña el posteo. Es de Fati, o Luis Scafati, uno de los graaaaandes ilustradores de la Argentina. Se llama Sociedad de consumo y la publicó en la revista Humor allá por el 83.
Si esta imagen los deja con ganas de ver otras los invitaría al Museo de Arte Moderno (San Juan 350, pleno San Telmo) donde la semana próxima inauguran una muestra de grabados de Antonio Seguí.
3.- La tercer propuesta incluye un sentido poco auspiciado hasta ahora por este blog: el del gusto. Salgamos a saborear el invierno. Por mi parte siempre espero con gusto esta época en la cual aparecen los primeros kinotos con su acidez tan especial. Otros gustos: brotes de bambú en el barrio chino (Mendoza y Arribeños), shawarma en la zona árabe (Malabia y Cabrera o Garay y Alberti).

4.- La última recomendación tiene que ver con el momento: las calles, las paredes, la televisión, los diarios, los mails y hasta la gente nos pide que tomemos partido. El 31 es "la fin del mundo" para algunos y esto seguirá así hasta, por lo menos, octubre. En octubre habremos terminado de "ejercer nuestra soberanía en democracia" y deberemos esperar unos dos años para volver a hacerlo. Tal vez tanto reclamo nos abrume, pero ¿y si nos detenemos a escuchar?  ¿Y si aplicamos todo lo que aprendimos en las clases, los pasillos, las asambleas, las tomas, la lucha cotidiana a analizar esos reclamos? ¿Y si en vez de ruidos molestos detectamos las mentiras, las infamias, las falsedades?

Nos veremos a comienzos de agosto

lunes, 11 de julio de 2011



Extorsivas tomas de colegios
Las medidas de acción directa de minorías escolares se inscriben en una inadmisible estrategia electoral
Así tituló su editorial de hoy el diario La Nación. Podría suponerse que el tema central serían los resultados electorales en la capital. Y en realidad lo son: ganador Macri el domingo, el lunes La Nación se apura en atacar a uno de los sectores que se atrevió a desafiarlo: los estudiantes.


“El diez votamos por la educación pública” fue la consigna de las tomas y de la marcha la semana pasada. Reclamos similares se escuchan del otro lado de la cordillera, en el Chile de Piñera-Bachelet-Pinochet. Allí los estudiantes proponen "un sistema nacional de educación pública de calidad y sin exclusiones porque existen los recursos para hacerlo".

Acá también “existen los recursos”: pero del presupuesto para infraestructura 2010 sólo se usó un 40 % y menos de un 34 % de la partida destinada para construcciones de edificios de escuelas.
Las tomas de la semana pasada se levantaron el viernes 8 de julio para concurrir a la marcha; si la hubieran elegido la fecha no podría haber sido más simbólica: hace 127 años, el 8 de julio de 1884 se promulgaba la ley 1420 de educación común. Una ley que dividió las aguas entre los partidarios de la injerencia eclesiástica en las escuelas y aquéllos que proponían la neutralidad religiosa, la laicidad total era demasiado pero igual bastó para enemistarnos con el Vaticano por un tiempo.
La ley 1420 establecía la obligatoriedad de la enseñanza pero al mismo tiempo imponía al estado en su artículo 5º la construcción de escuelas de acuerdo a la población: "La obligación escolar supone la existencia de la escuela pública gratuita al alcance de los niños de edad escolar. Con ese objeto cada vecindario de mil a mil quinientos habitantes en las ciudades, o trescientos a quinientos habitantes en las colonias y territorios, constituirá un distrito escolar, con derecho, por lo menos, a una escuela pública, donde se dé en toda su extensión la enseñanza primaria que establece esta ley."

El ocho, tal vez sin saberlo, los estudiantes se lo recordaron al ministro.

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