lunes, 12 de septiembre de 2016

Día del maestro

Revisé varias posibilidades de escritura para este 11 de septiembre:
Primera opción: La gremial. Recibí, entre otros, saludos y felicitaciones de Soledad Acuña, Esteban Bullrich y Mauricio Macri. Eso sí, de reabrir la paritaria ni noticias.
Segunda opción: Alguno de los maestros, Sarmiento, mi abuela en el Trelew de la década del 20 entre galeses y aonikenk, mis viejos, mis docentes (Dorita del jardín de infantes, Patricio Esteve, la Barba de latín, Pablo Rieznik y tantos otros), Fuentealba, etc.
Una a una las fui descartando. No es que no sean valederas. Todas (y otras) lo son. Pero si algo tiene de maravillosa la tarea docente es la construcción social del conocimiento que se da en el aula (o en el espacio donde estudiantes y docentes nos encontremos). Por eso, cuando un grupo me pregunta cuál es el mejor curso, siempre respondo que ellos. Y aclaro ante las sonrisas incrédulas: no por demagogia sino porque son con los que puedo trabajar en ese momento, con los que puedo crecer en esos cuarenta u ochenta minutos. Y con una apabullante regularidad, los alumnos me sorprenden. Y me hacen sentir honrado de ser o haber sido su docente. ¿Cuándo? Por ejemplo, ahora
Te aviso cuando me muera - Cortometraje from Rizoma Producciones on Vimeo.

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