miércoles, 12 de noviembre de 2014

Cometas y faraones




Los astrofísicos no estuvieron demasiado originales con el nombre del cometa pero sí se esmeraron con la nave y la sonda.
La piedra Rosetta es una estela egipcia del siglo IIa.C descubierta en 1799 por la expedición de Napoleón. Contenía un decreto escrito en caracteres jeroglíficos (no descifrados hasta entonces) y en demótico y griego (conocidos). A partir de los textos conocidos François Champollion logró descifrar la escritura tradicional egipcia y de esa manera permitir el conocimiento de una de las primeras civilizaciones. El término Rosetta pasó a designar la clave para conocer algo. Los astrofísicos de hoy esperan que la nave Rosetta sea para su conocimiento del cosmos lo que fue la estela egipcia.
¿Y Philae? Sigamos con Egipto. Philae (o Filé) es la isla donde se encontraba el templo de Abu Simbel, un gigantesco monumento dedicado al faraón Ramsés II y a su esposa para conmemorar la batalla de Kadesh en la que derrotaron al Imperio Hitita (eso dicen los egipcios, los hititas también se adjudican el triunfo, debe haber sido un empate).

El templo de Abu Simbel fue el protagonista de una de las mayores obras de ingeniería en el antiguo Egipto y en la actualidad también. En el valle donde estaba ubicado, el gobierno de Nasser decidió construir en los años 60 del siglo XX una represa, la de Asuán. El lago artificial sepultaría a Abu Simbel. Se decidió trasladarlo, cortarlo en “pedacitos” y armarlo nuevamente aguas arriba.
Se hizo, los “pedacitos” pesaban más de 2 toneladas cada uno y para pegarlos se utilizaron por primera vez a gran escala las resinas epóxicas, lo que nosotros conocemos como “la gotita”, un adhesivo fuerte pero que no ocupaba espacio.

Cuando terminaron quedaron claros los conocimientos egipcios sobre astronomía. El templo original estaba ubicado de tal manera que dos veces al año, el sol entraba hasta el interior del santuario y, con una precisión matemática, iluminaba los rostros de las estatuas de Amon, Ra y Ramsés dejando en penumbra a Ptah que era considerado el dios de la oscuridad. Éste fenómeno se producía el 20 de febrero -fecha del nacimiento de Ramsés II- y el 20 de octubre -fecha de su coronación-.
Al reinstalarlo el cálculo les falló y el sol entra con dos días de retraso. 

Igual ya Ramsés II no festeja el cumple.


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