lunes, 26 de octubre de 2009

Mi nombre es James, Ciro James




Un 2 de diciembre de 1799, o 18 brumario en el calendario de la revolución francesa, Napoleón Bonaparte tomó el poder y comenzó así su etapa de dominio de Europa. Medio siglo más tarde, su sobrino Luis Bonaparte intentó similar proyecto y terminó llevando a Francia al desastre. Carlos Marx escribió uno de los mejores libros de historia al respecto y acuñó la célebre frase: la historia se repite dos veces, una vez como tragedia y la otra como farsa.
En el terreno del espionaje “la Nelly” acaba de dejar al descubierto la farsa actual. De James Bond a Ciro James, a la ciudad no le podía faltar un espía. Un espía que para disimular se ofrece después de haber sido policía federal y además pide entrar a la metropolitana, un espía que recolecta información sobre docentes que paran, sobre estudiantes que reclaman por las becas, un espía que llama desde su teléfono (este tipo no está leyendo el blog de Bermúdez) a todos los jefes de policía habidos y por haber, un espía que no tiene coartadas, que nadie puede decir qué hacía en el Ministerio de Educación.
Uno está tentado de no tomárselo en serio si no fuera porque aunque la forma sea ridícula la intención es grave. ¿Acaso no es ésta la gran inseguridad?
El miércoles 28 la movilización docente-estudiantil tiene también este reclamo en su lista.

1 comentario:

Lula dijo...

Buen comentario, acertado por otra parte,besos Luciana. Dejo mi blog para que pasen http://lamanoqued10snovio.blogspot.com

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