Alguna vez con un grupete de colegas nos adelantamos a
Roberto Kennedy y tuvimos nuestro propio “inglés de mierda”: en el caso del
título por ejemplo podemos leer el conocido refrán “por la plata baila el mono”
en una versión bizarra del francés, el “marsellés” (puede verse otro ejemplo aquí ).
Les cuento a qué viene el introito.
Santilli, bajo la bandera roja con la estrella de cinco puntas y la mirada de Ho Chi Minh |
Ho Chi Minh (1890-1969) fue un revolucionario vietnamita, “el”
revolucionario vietnamita para ser más exactos. Empezó temprano, a los 22 años
ya estaba estudiando en Francia (Indochina –luego Vietnam- era colonia francesa)
y militando en el socialismo. Con la revolución rusa (1917) rompió con la
socialdemocracia y participó de la fundación del Partido Comunista de Francia.
Volvió a su país para independizarlo mediante una revolución socialista. Su
vida la pasó entre el exilio, las prisiones (torturas incluidas) o la
militancia, clandestina y armada las más veces.
Luchó contra Japón, contra Francia y contra EEUU. Venció, junto a su pueblo, a todos y
se convirtió en el primer presidente de su país.
No parece un ejemplo de “pro”. En una época en que desde el
gobierno de la ciudad se insta a la delación de estudiantes y docentes por “promover
visiones disvaliosas de las autoridades”, la figura de Ho Chi Minh debería resultarles
brutalmente revulsiva. El “Nestornauta” a su lado es un “buen vecino”.
Y sin embargo, Mauricio Macri decidió homenajear a Ho Chi
Minh en Buenos Aires. No pudo ir personalmente pero en la foto podemos verlo a
su ministro Santilli inaugurando el busto del revolucionario vietnamita.
Parece raro ¿no? Bueno, eso hasta que se lee la gacetilla dela embajada de Vietnam sobre la intensa y fructífera visita de Macri a Vietnam.
Par l’argent dance le monier, mes amis
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