Para amenizar la lectura se recomienda la misma escuchando “Vos sos un caradura” del cantautor argentino contemporáneo Ramón Palito Ortega
El ministro de Educación de la Ciudad, Esteban Bullrich, pide a la Presidenta que exima a los docentes del pago del impuesto a las ganancias. Justifica su planteo en que “los aumentos de salarios dados por Macri” han hecho que casi el 85 % de los docentes de la ciudad estén alcanzados por el impuesto. Bullrich sostiene además que el gravamen incide en el déficit de maestros y en la caída de estudiantes de la carrera docente.
Es un caradura. No hubo aumento ni siquiera una recomposición total del salario, sí recomposiciones parciales que no llegan a mantener el poder adquisitivo. Justamente la caída del salario real hace que maestros de capital emigren hacia provincia y la extensión de los planes de estudio es la responsable de la baja (pequeña de todos modos) en la inscripción de las carreras docentes.
El ministro de educación de la Nación, Alberto Sileoni, le responde a Bullrich. El problema, según Sileoni, no radica en el impuesto. Si así fuera el problema sería nacional. Para él, en cambio, el tema está en la falta de previsión y políticas activas de Macri y además “si el jefe de gobierno a los docentes los llama ñoquis y vagos los aleja”.
Otro caradura. Los reclamos por el cese del impuesto a las ganancias son efectivamente nacionales, hace unos días fueron los docentes de La Pampa los que se manifestaron pero la reivindicación alcanza a todas las provincias. Por otra parte, fue la jefa política de Sileoni, Cristina Fernández de Kirchner la que usó por segunda vez la apertura de las sesiones legislativas para atacar a los docentes señalando ahora que “trabajan cuatro horas por día y tienen tres meses de vacaciones”.
Pero los caraduras omiten lo esencial. Los trabajadores no tenemos ganancias sino salario. La ganancia es el resultado de la plusvalía que el capitalista obtiene de la explotación del trabajador (si quieren ser suaves pueden cambiar explotación por pago de la mano de obra). No es un problema de cantidad de dinero sino de relación social.
Les convendría saberlo ya que ellos mismos como asalariados no deberían tributar ganancias. Tal vez se sientan muy lejos de serlo.
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