¿Y quiénes preguntan? Los que quieren saber, los que poseen el deseo de
averiguar el mundo y sus adyacencias. Uno de los suburbios del cosmos que más
me atrae es el lenguaje. Y hace unos
días, alguien disparó la pregunta.
Era media mañana, sala de profesores en la Falcone, tiempo muerto que
Bermúdez, Marito y yo aprovechamos tomando mate. Se había sumado
momentáneamente a la ronda Luna, de 5to 3ra. Y de ella provino la duda:
¿Por qué decimos por ende? ¿De dónde viene?
Los docentes nos miramos, reconocimos nuestro desconocimiento, sabíamos
utilizar la expresión (por consiguiente, por lo tanto) pero
no imaginábamos su origen.
Una vez en casa empecé a buscar. El inicio clásico de la etimología
castellana es el latín (algunos extremistas dicen que el castellano no es más
que la corrupción ibérica de la lengua del imperio romano).
¿Qué encontré?
Inde es un adverbio
latino de lugar que indica procedencia, de allí, de allá, y por extensión de
causa, por ello, por esto. Con este significado pasó al castellano cambiando
su inicial I por E.
Ende también aparece en allende
(de allá) y en el ya no usado aquende (de acá)
Este adverbio inde comparte una raíz común (nd)
con otro adverbio latino de lugar unde, de dónde. (las raíces de las
palabras o lexemas son la base de sentido de una palabra a partir de la cual
derivan las demás, recuerden cuando hacían familia de palabras en la primaria)
A partir de de + unde el castellano formó donde. Como el Imperio Romano era eso, un imperio,
llevó su idioma a media Europa: con de +
inde, el inglés formó then
que conocemos más con su significado de tiempo (entonces) pero también es
por
consiguiente o …por ende.
Los caminos del idioma son interesantes y la duda es lo que dispara el conocimiento. Gracias Luna.
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