jueves, 22 de noviembre de 2012

Egoísmos

Hay egoísmos miserables, de esos que comen a escondidas para no convidar. Gente que no advierte que puede haber otras necesidades/deseos que no sean los suyos.
Pero también los hay de otro tipo. Para ejemplificarlos permítanme comentarles la historia de Vivian Maier.

¿Quien era?  Una niñera y empleada doméstica yanqui (1926-2009). Pueden verla en uno de sus autorretratos. Un día Vivian se compró una cámara y comenzó a sacar fotos. Muchas fotos. Más de 100.00¿Por qué? Supongo que porque le gustaba. De hecho no reveló ni copió muchas de ellas, no las publicó ni las expuso.
Las sacó.
Un día, como haremos todos, se murió. De vieja nomás. Alguien juntó miles y miles de negativos, los puso en una caja y trató de venderlos por dos mangos en esas ventas "de garage" que hacen los yanquis para sacarse de encima las porquerías que el consumo les ha hecho acumular.

Por suerte pasó John Maloof, un tipo que se define como "fotografo callejero no comercial". Pueden ver sus fotos clickeando aquí. Hubo varios hechos afortunados más: Maloof pudo darle (por su propia afición) valor a esos negativos polvorientos, Maloof no fue egoísta y entendió que una obra como la de Vivian tenía que conocerse, Maloof se hizo tiempo para revelar, imprimir, escanear y subir a la web la obra de Vivian Maier.
Entonces apareció en todo su valor la obra. Una obra comparable a la de los mejores fotógrafos del siglo XX. Una obra que pudo haberse perdido si no fuera por una serie de hechos afortunados. Las fotos son excelentes y como toda fotografía es mejor verla que hablar de ella.
Me cuesta elegir una entre tantas, al final me decido por ésta pero les recomiendo que entren a la página web que armó Maloof y la recorran.
Y si quieren sacar alguna moraleja como en las viejas fábulas, no sean egoístas. Todos podemos crear belleza, a condición de compartirla. 

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