miércoles, 18 de febrero de 2015

Se me agotó la batería del celular, traé la rana

La frase del título no suena muy lógica pero en algún momento alguien pensó que sí. Luis Galvani, a fines del siglo XVIII, se había convencido al ver las contracciones de una rana muerta tocada por dos puntas metálicas que el tejido animal era el que generaba la electricidad.
Alessandro Volta, amigo suyo y científico como él, sospechaba que la rana no tenía nada que ver. Que simplemente conducía electricidad que se generaba externamente. Sus experimentos lo condujeron a la construcción de la primera pila voltaica: varios pares de discos de zinc y cobre separados por cartones  mojados en agua con sal. Al apretar los discos entre sí se generaba una reacción química que producía electricidad.

Un problema que se le planteó a Volta fue que, al ser la electricidad generada de poca intensidad, era difícil comprobar cuando aumentaba o disminuía. La solución de Volta fue drástica: se “picaneaba” la lengua, a más dolor, más intensidad de la electricidad.

Google lo recuerda con un doodle de la pila a doscientos setenta años de su nacimiento, nosotros le agradecemos a Volta su descubrimiento: la base del sistema de pilas y baterías actual. 











Las ranas también están contentas. 
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