viernes, 31 de diciembre de 2010

Nuevas recomendaciones


Ultimo día del año, a horas nomás de las 12, corro el riesgo de no postear mis recomendaciones habituales. Cierto es que ya había adelantado el trabajo con las películas de Monicelli, pero la palabra “anticipadas” planteaba la precariedad de las mismas, anunciaba su carácter incompleto.

Emprendamos la tarea de una vez:

1.- Salida: desde hacía tiempo tenía agendado ir a la Fundación Proa a ver la muestra Las Pampas: Arte y Cultura en el Siglo XIX. El otro día lo hice: im-per-di-ble. Platería, textiles, trabajos en cuero. El mundo de las pampas antes de la campaña del desierto. Ojo, está sólo hasta el 9 de enero

2.- Una lectura, una historieta: “la” historieta. Acá tenemos un problema, para muchos “la” historieta es El Eternauta, de Héctor Oesterheld y Solano López. No lo discuto, hasta lo apruebo y los invito a disfrutarla; pero yo pensaba en otra: La balada del mar salado, la irrupción del Corto Maltés, el alter ego de Hugo Pratt. Léanlas. Tendría que cambiar el comienzo: dos historietas, entonces.

3.- Una estrategia: aléjense. ¿De qué? De su punto de vista, cámbienlo, entornen mentalmente los ojos, miren todo de otra manera, descubran un mundo nuevo. Hay otros mundos en éste. Es cuestión de saber verlos.

Suerte, yo ya cumplí con las dos primeras; voy a ver el Lanín siguiendo la estrategia que les recomendé, la última vez tenía 16 años y otra mirada.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

La imaginación no es su fuerte


Pasaron veintiún años, bastante. Sin embargo no han crecido. Siguen repitiéndose. Hoy hablamos con Duhalde, revoleamos piedras en Constitución y encaotizamos todo. Ayer eran otras acusaciones. La idea, la misma.
Por suerte guardé el recorte. Se estaba yendo Alfonsín y Menem debutaba.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Recomendaciones anticipadas


Desde el 2008 que este blog viene haciendo, ante cada receso o vacación, sus recomendaciones. Esta vez, va un anticipo: este verano hay que ver las películas de Mario Monicelli.

¿Por qué? Bueno, depende de la película. Hay que ver Los compañeros para entender la ligazón de los intelectuales con las luchas de la clase obrera, hay que ver Los desconocidos de siempre para sentirse solidario con los eternos perdedores que la siguen remando. Amigos míos es para compartir con ese entrañable grupete de secuaces que todos tenemos. De La Armada Brancaleone no les digo nada, cuando la vean se van a dar cuenta el porqué.

Hace poco supe de un compañero al que la militancia lo había llevado lejos, a Italia precisamente. Estando en los suburbios de Roma se acercó a una fábrica textil tomada por sus trabajadores para impedir el despido de 1200 de ellos. Había un festival en solidaridad. No había mucha gente y los oradores se repetían, apelaban a la sensibilidad de las autoridades, fustigaban a los dueños por “su mala gestión empresaria”, criticaban a los medios, les costaba entender el problema. Entre tanto palabrerío, uno de los presentes con muchos años encima, pidió intervenir, hizo un diagnóstico y marcó una perspectiva: planteó que el problema no era otro que el capitalismo y llamó a la unidad de los que allí estaban con el resto de la clase obrera italiana.

Era Mario Monicelli, tenía 95 años y como uno más seguía firme con “los compañeros”.

Hace unos días Monicelli fue noticia: un cáncer lo devastaba, a su edad no tenía posibilidades de sobrevida. Estaba internado en el quinto piso de un hospital en Roma. De allí se tiró.

Los que viven su vida como quieren suelen hacerlo hasta en el final.

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